PAN AMASADO
El verano me pone de mal genio. No soporto el sol y la gente comprando, hablando, pelotudeando me saca de quicio. Una de las pocas cosas que me gustan del verano es el pan amasado que surge en todas sus formas para alegrar la hora de once, hora magnífica en que el sol se retira para dar paso a la siempre sublime noche.
Gracias pan amasado por recordarme que soy humano. Gracias verano de mierda por irte pronto y dar paso a las lluvias y a la poesía del bosque solitario en Ventanas, en Chocota. Pan amasado te comeré hasta quedar chato de ti y la saturación de tu masa estructuralmente atiborrada me haga volver a la venerable marraqueta.
Gracias pan amasado por recordarme que soy humano. Gracias verano de mierda por irte pronto y dar paso a las lluvias y a la poesía del bosque solitario en Ventanas, en Chocota. Pan amasado te comeré hasta quedar chato de ti y la saturación de tu masa estructuralmente atiborrada me haga volver a la venerable marraqueta.
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